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Autónoma en Línea

El asombro en contra de la prisa

Lizandro Penagos

Lizandro Penagos, periodista y docente de la facultad de Comunicación Social de la Autónoma de Occidente lanza ‘De vidas breves y bravas’, un conjunto de historias que tratan de reconciliar lo testimonial, lo asombroso, lo cotidiano y lo onírico.

Cansado de la prisa con la que el periodista debe trabajar a menudo, y de las historias que flotan en la superficie de lo mediático, Lizandro Penagos se propuso rescatar personajes y hechos humanos que pueden calificarse de asombrosos, aterradores o impresionantes.

Más allá de los adjetivos, Penagos quería reservar el tiempo para asomarse a lo que ocurre con la paciencia del escritor que no hace las mismas preguntas de siempre, sino que intenta examinar la más profunda condición humana. El fruto de este deseo de volver a narrar con detalle y serenidad es su libro ‘De vidas breves y bravas, historias de gente como uno’.

Este texto es un conjunto de microhistorias caracterizadas por su contundencia y su mirada cariñosa a la cultura o saberes populares. “Personajes marginales, carácter híbrido, brevedad, resumen el propósito escritural, estético y filosófico de estas narraciones de Lizandro Penagos Cortés, y con esto creo haber terminado. Pasen al disfrute”, escribe el docente e investigador Humberto Jarrín en su prólogo a esta obra. Ninguna de las historias reunidas en el libro supera las tres páginas de extensión.

“Después de haber ejercido el periodismo en televisión por casi veinte años, ratifiqué, desde la academia, que la dinámica propia de este medio casi no deja hacer nada bien —confiesa Penagos—. Del todo, claro está, y en el exclusivo ámbito periodístico —subraya—, pues siempre hay excepciones.

“Se confunde una virtud, la rapidez, con un vicio, la prisa. Se trabaja arrollado por la actualidad, la capa más superficial del periodismo, o de la realidad, comprobable no filosófica, y entonces lo urgente no deja tiempo para lo importante. En suma, en los telediarios se cuenta muy poco y se cuenta mal”, agrega.

Penagos encuentra en el asombro, en el elemento de sorpresa con que espera recompensar el lector, el antídoto contra los males de la prisa y las narraciones anémicas que suelen verse en los medios de comunicación a diario.

“Estas microhistorias son, ante todo, testimonios. Historias de la gente adobadas con un lenguaje y una lógica que muchas veces escapa a lo científico. Son inasibles cuando de todas las probabilidades escogieron la más inverosímil para ocurrir. No son asépticas y están profanadas por la subjetividad de quien las vive y cuenta, más no de quien asume narrarlas”, declara el autor.

Penagos es el primero en aceptar que estos brevísimos relatos “no tienen esa supuesta limpieza objetiva que pregona el periodismo”. Sin embargo, esta admisión no le resulta problemática, porque reconoce que los sueños y las pesadillas también son reales, en tanto que influencian como pocas fuerzas la vida de los seres humanos.

‘De vidas breves y bravas’ es una cosecha de anécdotas, ocurrencias y conversaciones que el autor guardó en las bodegas de su memoria hasta que sintió el impulso de darles un sabor fantástico. No obstante, este talante extraordinario no es sinónimo de inverosímil: Penagos no elude lo real, diario o cotidiano, sino que intenta renovarlo con la sutileza y la ternura de la poesía.

“No he cambiado nombres. He obviado, sí, algunos apellidos, para proteger -retardar acaso- un poco la identidad de sus protagonistas y evitar el morboso fisgoneo virtual. Respeté lugares y fechas. Más en el periodismo que en la vida, creo que omitir es mentir. Una verdad a medias en un noticiero es una mentira incompleta. En una relación sentimental, demos por caso, no pasa de ser un acto piadoso y esperanzador

“Me atreví la inclusión de algunas experiencias propias. Espero me dispensen tal arbitrariedad. Soy apenas otro ser humano. Un periodista que quiere con estas microhistorias, dejar oír su voz en el silencio de la eternidad, para que quien la escuche, no olvide lanzar también sus cenizas al viento”, expresa el autor.

Informes:
Lizandro Penagos
Docente
Facultad de Comunicación Social
Ext. 11560

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